Alicia and Vivi
A donation was made in memory of Alicia and Vivi by Maria Garrido on Apr 27, 2010.
Alicia y Bibi eran mis gatas, madre e hija, Alicia la madre y Bibi su hija. Llegaron juntas a nuestra casa cuando aun no era mi hogar, y juntas tambien partieron, como si no hubieran podido concebir la vida una sin la otra.
Mi marido las adopto del Seattle Animal Shelter en Septiembre del 2000, un mes antes de mi primer viaje a Seattle.
Recuerdo aquel primer contacto con ambas: Alicia era una gata adulta, que se movia con independencia y que no pedia expresiones de amor, sino comida y el permiso para estar sobre la cama. Le gustaba andar merodeando cerca de donde estabamos sin necesitar un contacto directo. Por entonces era un poco hurania si uno intentaba acercarsele mucho. Tenia pelo largo de color blanco en las patas, parte de la cara y lomo, y marron con vetas negras. Se notaba que aun le faltaba tomar confianza para expresar su ser gatuno. Su hijita Bibi era un delicioso pompon de pelo corto y color naranja, con ojos por entonces grises y ganas de jugar todo el tiempo. Se paso los 8 dias que estuve en Seattle en la palma de mi mano, donde podia hacer nido. Aprendio a saltar a la cama tan solo para poder acurrucarse en mi cuello y reventar de placer. Cuando volvi a Seattle, un anio despues, la situacion habia variado sustancialmente.
La bella y dulce Bibi se habia convertido, parece que inexplicablemente, en una gatita completamente temerosa y hasta fobica del contacto con cualquier "otro" que no fuera su madre Alicia. Ya nada quedaba de aquella atrevida que en medio de la noche trepaba a la cama para husmear mi cuello, ni de quien mordia mis unias para jugar. Bibi temia de todo, hasta de nosotros. Fue inutil recordarle los tiempos del pasado e intentar que me olfaterara para que me recocnociera. Ella ya habia decidido que el mundo no era algo con lo que podia lidiar. Todos fuimos por siempre un grupo de extranios temerarios para la bella Bibi, que aun fuera de si seguia siendo una gata preciosa, con ojos que ya se habian vuelto color miel y con su pelo corto color naranja. Su vida fue una eterna fuga y un escondite permanente. Mi pena mas grande es que se fue de esta vida sin haber estado. Eso me crea un gran desconsuelo. Le quedaron miles de arboles por trepar, cientos de rincones por investigar, muchos cielos por disfrutar, pero sobre todo muchas, muchisimas caricas y mimos por recibir. Bibita quedo articulada a su propio limbo, en el que solo Alicia, su mama, podia brindarle cierto alivio. De hecho su enfermedad sobrevino cuando entendio que su mama estaba enferma. Acaso pueda entenderse que no pudimos sacarle nunca una foto.
Mientras tanto, su mama Alicia, Alicita o, como yo le decia, Alilita perdio su caracter huranio y se convirtio en una gata sociable, sonora y dulce. Se la podia ubicar en la casa por el ronroneo. Ella ronroneaba cuando el sol la acariciaba, cuando se sentaba en el sofa al lado de la gente, cuando se sentia calentita, o cuando queria comunicar su porcion de alegria. Yo diria que algunos gatos tienen musica, y Alicia la tenia. Su ronroneo era su musica, su sello y su forma de pronunciar su placer y su dicha.
Le debo a mi amiga Nadia, gatofila de alma, el haber podido acercarme a Alilita para poder entenderla mejor. Nadia se conecto con Alicia inmediatamente y ella la adoraba. Para Alicia no hubo nadie como su tia Nadia. Cuando venia a visitarnos, se me antojaba que Alicia no tenia ojos mas que para ella.
Alilita, por lo demas, era glotona, tranquila, sedentaria y extramadamente dulce y companiera. En la foto ella esta con Georgie, una de nuestras perras, y su actitud la pinta de cuerpo entero. Una anecdota: cuando la otra de nuestras perritas, Lolita, se accidento y estaba temblorosa y dolorida, Alicia se sento a su lado y le lamio la cabeza para tranquilizarla, porque sabia que la Lola adoraba que ella hiciera eso. Nunca voy a olvidarme de su infinita ternura. Alilita fue la mejor masajista que tuvo la Lola y la mejor companiera que tuvo nuestra familia.
A Alilita, lengua de arena (metafora de Marco mi marido) le gustaba estar entre nosotros, saboreando el clima de familia, pero nunca encima de nosotros. Asi vino a nuestras vidas y asi se fue.
Aun la sigo buscando en la casa. Aun creo que voy a escuchar su ronroneo en algun rincon. Aun suenio que voy percibir el tintineo de su cascabel subiendo las escaleras. La casa se quedo sin su musica y nuestras vidas sin su apacible y dulce presencia. Ella formaba parte de nuestras vidas y de la vida de la casa. A veces uno da por sentado a los seres que estan cercanos, y creo que yo pense que Alilita estaria alli en el sofa ronroneando y prodigando su dulzura por muchos anios mas. La extranio muchisimo. Le debo alguna disculpa por no haberla entendido muchas veces. Y le debo un eterno agradecimiento por haber sido la mas buena, tierna y dulce companiera para todos. Absolutamente para todos. Eso, Alilita, sera inolvidable en todo tiempo.
Diana
Diana P.
Mi marido las adopto del Seattle Animal Shelter en Septiembre del 2000, un mes antes de mi primer viaje a Seattle.
Recuerdo aquel primer contacto con ambas: Alicia era una gata adulta, que se movia con independencia y que no pedia expresiones de amor, sino comida y el permiso para estar sobre la cama. Le gustaba andar merodeando cerca de donde estabamos sin necesitar un contacto directo. Por entonces era un poco hurania si uno intentaba acercarsele mucho. Tenia pelo largo de color blanco en las patas, parte de la cara y lomo, y marron con vetas negras. Se notaba que aun le faltaba tomar confianza para expresar su ser gatuno. Su hijita Bibi era un delicioso pompon de pelo corto y color naranja, con ojos por entonces grises y ganas de jugar todo el tiempo. Se paso los 8 dias que estuve en Seattle en la palma de mi mano, donde podia hacer nido. Aprendio a saltar a la cama tan solo para poder acurrucarse en mi cuello y reventar de placer. Cuando volvi a Seattle, un anio despues, la situacion habia variado sustancialmente.
La bella y dulce Bibi se habia convertido, parece que inexplicablemente, en una gatita completamente temerosa y hasta fobica del contacto con cualquier "otro" que no fuera su madre Alicia. Ya nada quedaba de aquella atrevida que en medio de la noche trepaba a la cama para husmear mi cuello, ni de quien mordia mis unias para jugar. Bibi temia de todo, hasta de nosotros. Fue inutil recordarle los tiempos del pasado e intentar que me olfaterara para que me recocnociera. Ella ya habia decidido que el mundo no era algo con lo que podia lidiar. Todos fuimos por siempre un grupo de extranios temerarios para la bella Bibi, que aun fuera de si seguia siendo una gata preciosa, con ojos que ya se habian vuelto color miel y con su pelo corto color naranja. Su vida fue una eterna fuga y un escondite permanente. Mi pena mas grande es que se fue de esta vida sin haber estado. Eso me crea un gran desconsuelo. Le quedaron miles de arboles por trepar, cientos de rincones por investigar, muchos cielos por disfrutar, pero sobre todo muchas, muchisimas caricas y mimos por recibir. Bibita quedo articulada a su propio limbo, en el que solo Alicia, su mama, podia brindarle cierto alivio. De hecho su enfermedad sobrevino cuando entendio que su mama estaba enferma. Acaso pueda entenderse que no pudimos sacarle nunca una foto.
Mientras tanto, su mama Alicia, Alicita o, como yo le decia, Alilita perdio su caracter huranio y se convirtio en una gata sociable, sonora y dulce. Se la podia ubicar en la casa por el ronroneo. Ella ronroneaba cuando el sol la acariciaba, cuando se sentaba en el sofa al lado de la gente, cuando se sentia calentita, o cuando queria comunicar su porcion de alegria. Yo diria que algunos gatos tienen musica, y Alicia la tenia. Su ronroneo era su musica, su sello y su forma de pronunciar su placer y su dicha.
Le debo a mi amiga Nadia, gatofila de alma, el haber podido acercarme a Alilita para poder entenderla mejor. Nadia se conecto con Alicia inmediatamente y ella la adoraba. Para Alicia no hubo nadie como su tia Nadia. Cuando venia a visitarnos, se me antojaba que Alicia no tenia ojos mas que para ella.
Alilita, por lo demas, era glotona, tranquila, sedentaria y extramadamente dulce y companiera. En la foto ella esta con Georgie, una de nuestras perras, y su actitud la pinta de cuerpo entero. Una anecdota: cuando la otra de nuestras perritas, Lolita, se accidento y estaba temblorosa y dolorida, Alicia se sento a su lado y le lamio la cabeza para tranquilizarla, porque sabia que la Lola adoraba que ella hiciera eso. Nunca voy a olvidarme de su infinita ternura. Alilita fue la mejor masajista que tuvo la Lola y la mejor companiera que tuvo nuestra familia.
A Alilita, lengua de arena (metafora de Marco mi marido) le gustaba estar entre nosotros, saboreando el clima de familia, pero nunca encima de nosotros. Asi vino a nuestras vidas y asi se fue.
Aun la sigo buscando en la casa. Aun creo que voy a escuchar su ronroneo en algun rincon. Aun suenio que voy percibir el tintineo de su cascabel subiendo las escaleras. La casa se quedo sin su musica y nuestras vidas sin su apacible y dulce presencia. Ella formaba parte de nuestras vidas y de la vida de la casa. A veces uno da por sentado a los seres que estan cercanos, y creo que yo pense que Alilita estaria alli en el sofa ronroneando y prodigando su dulzura por muchos anios mas. La extranio muchisimo. Le debo alguna disculpa por no haberla entendido muchas veces. Y le debo un eterno agradecimiento por haber sido la mas buena, tierna y dulce companiera para todos. Absolutamente para todos. Eso, Alilita, sera inolvidable en todo tiempo.
Diana
Diana P.